La lengua oral formal: características lingüísticas y discursivas
- ncaedo
- 14 jun 2018
- 3 Min. de lectura
Castellá, J. & Vilá i Santasusana, M. La lengua oral formal: características lingüísticas y discursivas. En C. B. M. Vilà i Santasusana, J. Castellá, A. Cros, M. Grau, & J. Palou (Ed.), El discurso oral formal. Contenidos de aprendizaje y secuencias didácticas (pp. 25-36). Barcelona: Graó
El escrito retoma la discusión sobre las diferencias entre oralidad y escritura, planteando que existen diferentes enfoques que enfrentan estos ejes desde un punto de vista dicotómico hasta la proposición de una gradación o continuum existente entre ambos polos. Si bien, desde el principio del texto, los especialistas se hacen cargo de la mala reputación de la oralidad, en cuanto a que esta está llena de errores y carece de sistematicidad, la reconocen al mismo tiempo como objeto de estudio para comprender la variación lingüística y la naturaleza del lenguaje.
El presente estudio abarca el desarrollo del texto oral formal como una gradación o continuum entre oralidad y escritura y no como una dicotomía que dividía estrictamente la lengua oral y la lengua escrita, considerando las propuestas de especialistas que explicitan una cierta combinación entre ambos, exponiendo ciertos rastros de oralidad en la escritura como en la ejecución oral de un discurso escrito y, al revés, de vestigios de textos orales planificados a través de la escritura. Así, los autores dan cuenta de un cierto aporte contextual en la elaboración de los textos que no determina su categorización y, al mismo tiempo, a un conjunto de discursos que son clasificables considerando otros ámbitos además de los canales de producción.
El discurso formal es considerado por el estudio como un género discursivo intermedio, producto de la expansión de la oralidad hacia la concepción de géneros discursivos. Este discurso comparte características de la lengua escrita en cuanto desarrolla un tema especializado, es especializada, monologada, posee un tono formal, aparentemente objetiva e informativa. Los especialistas dan cuenta que dentro del discurso oral formal se encuentran rasgos contextuales, discursivos y lingüísticos tanto de la oralidad como de la escritura, además de reconocer características sintácticas y cohesivas presentes en el discurso oral (estilo verbal) y en el discurso escrito (estilo nominal).
“La oralidad reúne una multitud de actos de habla y de tipos de discurso que, por supuesto, presentan el rasgo común de basarse en el canal vocal-auditivo en cuanto a la transmisión del mensaje, pero que implican a la vez otros rasgos que crean y explican diferencias profundas entre los discursos orales y que los aproximan a algunas variedades escritas.” (p.27) Esta propuesta enriquece al texto de Benveniste, “Algunas características de lo oral”, en cuanto a que no separa completamente la escritura de la oralidad, sino que las complementa, rescatando el aporte de cada una en la elaboración y reproducción oral de un texto, ya que, si bien la postura de Benveniste es agradable al despojarse de las reglas, esta solo toma en cuenta las reglas de la escritura que interfieren en la oralidad, pero no aquellas que ayudan a mejorar la producción oral.
Los autores resuelven la dicotomía de lo oral-escrito por medio del aporte de la teoría de los géneros discursivos que le otorgan una categoría a esta dicotomía, expandiendo los criterios para considerar la lengua oral formal como género intermedio que se alimenta tanto de las características de la oralidad como de la escritura. Esto es importante al momento de enseñar la oralidad en el aula, como también al momento de evaluarla, ya que, al desarrollar una actividad del eje de oralidad, el docente debe considerar criterios que no solo correspondan a lo oral sino también a lo escrito, es decir, no basta con modelar un discurso en el aula, también debemos enseñar a nuestros alumnos a planificar ese discurso proporcionándoles herramientas de escritura para poder construir desde el texto la producción oral.
Commentaires