La discusión como género discursivo y como instrumento didáctico
- ncaedo
- 14 jun 2018
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Nussbaum, L. La discusión como género discursivo y como instrumento didáctico. En Hablar en clase. Cómo trabajar la lengua oral en el centro escolar (pp.19-28).
El autor propone el fomento de la discusión como parte de la metodología de clases de un docente en el aula, destacando el rol de la discusión como un generador de circulación de la información que nos permite construir conocimiento en el aula, a través de la mirada crítica y la reflexión sobre los contenidos abordados en clase. De este modo define la discusión como “un punto de encuentro social de pareceres, experiencias y conocimientos que, articulados armónicamente, pueden dar lugar a nuevos saberes o bien a decisiones para actuar.” (p.20) De acuerdo con esto, el tipo de discusión a la que apunta la autora es de características más pasiva, que tiende a la conversación más que a la disputa o el debate, lo cual no la exime de expresar los puntos de vista, deliberar, confrontar, intercambiar y construir ideas.
Es importante conocer las reglas que rodean al ámbito de la discusión, ya que el ejercicio se vale de medidas claras que permiten el trabajo colaborativo de discusión tanto entre alumnos y profesor, como entre alumnos. Por lo mismo, para generar discusión debe existir desigualdad, ya sea de jerarquía o de conocimiento; por ejemplo, el profesor debe estar por sobre el alumno y, en el caso de la distribución del trabajo en grupo, debe existir un líder o experto y un novel, pero bajo condiciones de rotación de los roles a nivel de los alumnos. También, este grado de colaboración requiere complementariedad y la existencia de contratos implícitos de comunicación.
Debemos tener en cuenta que el fin último de la discusión no es la competencia, sino que busca la manifestación explícita de los contenidos y su opinión acerca de estos, requiriendo algún grado de formalidad. Para que la discusión se produzca debe cumplirse una serie de criterios que aseguren el normal ejercicio de la actividad. Por un lado, la forma prototípica de discurso en el aula promueve la conexión de conocimientos previos con nuevos conocimientos por medio de la elicitación, la cual no promueve el aprendizaje real del estudiante, ya que responden a una pregunta tipo del profesor, generando respuestas de bajo nivel cognitivo. Por este motivo, la autora propone el modelo de discusión en el aula, que fomenta la reflexión por parte de los alumnos, persiguiendo la exploración y la elaboración de conocimientos; promoviendo una participación más libre, ya que se espera que puedan contribuir más abiertamente sobre los aprendizajes.
Por último, se esboza que, en el modelo de discusión en grupo, los alumnos sienten mayor confianza al participar dentro de un grupo pequeño frente a uno grande, aunque puede suceder que se establezca un líder que no es del gusto del grupo o que el grupo completo no quiera trabajar por no encontrar un objetivo en común; en ese caso conviene redistribuir los grupos de acuerdo con sus afinidades.
Si llevamos esta práctica al aula, tenemos que conocer bien a nuestros alumnos, ya que el hecho de abrir la discusión puede provocar el efecto contrario al que buscamos que, por ejemplo, la discusión pierda el foco, se transforme en debate o disputa, o bien que aparezcan líderes que negativos que interfieran en el normal trabajo de los grupos, ya sea por temas de intereses o de motivación. Creo que se trata de una buena estrategia para llevar la enseñanza-aprendizaje hacia otro nivel cognitivo superior, no obstante, debemos tener cuidado con el diseño de los grupos, en caso de trabajar de esa manera, o en caso de trabajar con el curso completo, conocer a mis alumnos para poder llevar la discusión hacia donde yo planifiqué.
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